Cuando las inteligencias de numerosos seres humanos se combinan entre sí, separadas en un solo grupo, surge lo que llamamos una cultura. los seres humanos vivimos inmersos en nuestra cultura y ya sabemos cómo actúa sobre nosotros: la cultura nos transforma, nos crea necesidades y perspectivas nuevas que van cambiando al ritmo de las novedades que la misma cultura va experimentando.
Como somos animales sociales y necesitamos profundamente de los demás seres humanos, ya sabemos que estamos abiertos a la influencia de las demás inteligencias incluso más que a las propias nuestras. También sabemos que necesitamos amor, ayuda, respeto, aprecio de los demás, y esa necesidad íntima engendra otras necesidades como la de comunicamos, alcanzar cierto “status” social, ganar ciertos derechos como poseer una habitación, un buen automóvil, etc. que implican obtener cantidades apreciables de dinero. así como ciertas aves necesitan exhibir un plumaje espléndido para “comunicar” a la hembra que se es genéticamente un buen pretendiente, los humanos debemos utilizar símbolos que implican que estamos capacitados para alcanzar el triunfo en el medio social, es decir, que somos un buen ejemplo de selección natural. De las necesidades del hombre actual, la mayor parte tiene carácter simbólico o de aprendizaje.
Un conocido teórico de la Comunicación Social, Marshall Mac Luhan, tituló una de sus obras: “El Medio es el Masaje”, haciendo notar que la comunicación de masas en la sociedad moderna logra manipular, nuestras personas como si estuviera cogiéndonos con las manos y modelándonos, amasándonos como arcilla blanda.
En la medida en que aumenta la necesidad de comunicación de masas los cambios dentro de la cultura se hacen más veloces y generalizados. El lenguaje simbólico se transforma, adquiere matices nuevos y muchos significados antiguos (con frecuencia venerables y poderosos) son olvidados, se vuelven obsoletos. La televisión, especialmente, tiende a restar importancia al uso eficiente de las palabras para, en cambio, utilizar más las imágenes visuales, las inflexiones de voz y los gestos. En otras palabras, tiende a reemplazar la comunicación abstracta por una forma más primitiva de exhibición concreta y remedo de la realidad a que se alude. Desde luego, es un sistema eficaz, rápido y cómodo de comunicar, pero tendrá un efecto intelectualmente empobrecedor en el caso de que llegue a reemplazar la comunicación abstracta, especialmente la lectura, puesto que obliga al percipiente (teleaudiencia) a mantenerse en un estado pasivo ante el mensaje que, por otro lado, es entregado en forma simplificada y efímera (lo contrario, por ejemplo, de la noticia de un periódico, que Ud. puede leer y releer en caso de que le merezca dudas o contenga muchos elementos complejos).
La velocidad que imprime la comunicación de masas a nuestro modo de vivir, así como el empobrecimiento del lenguaje, ejercen una presión constante sobre las personas. Lo colectivo comprime a lo individual, y no le deja tiempo para desarrollarse en su singularidad y su legítimo margen de “rareza”. Como decían nuestras abuelas, “lo urgente ya no deja tiempo para lo importante”.
Todas estas consideraciones e informaciones contenidas en esta primera lección de la serie Como ampliar nuestra inteligencia tiene el propósito de definir un plan para los capítulos siguientes en que entraremos de lleno a diferentes técnicas practicas que Ud. puede aplicar a solas o con los suyos.
***********
Necesitas una web?
Diseño web Profesional


0 comentarios:
Publicar un comentario