Un poco de TAO para nuestro espíritu



I

El Tao que puede ser expresado

no es el verdadero Tao.

El nombre que se le puede dar

no es su verdadero nombre.

Sin nombre es el principio del universo;

y con nombre, es la madre de todas las cosas.

Desde el no-ser comprendemos su esencia;

y desde el ser, sólo vemos su apariencia.

Ambas cosas, ser y no-ser, tienen el mismo

origen, aunque distinto nombre.

Su identidad es el misterio.

Y en este misterio

se halla la puerta de toda maravilla.

II

Todo el mundo toma lo bello lo bello,

y por eso conocen qué es lo feo.

Todo el mundo toma el bien por el bien,

y por eso conocen qué es el mal.

Porque, el ser y el no-ser se engendran mutuamente.

Lo fácil y lo difícil se complementan.

Lo largo y lo corto se forman el uno de otro.

Lo alto y lo bajo se aproximan.

El sonido y el tono armonizan entre sí.

El antes y el después se suceden recíprocamente.

Por eso, el sabio adopta la actitud de no-obrar

y practica una en sin palabras.

Todas las cosas aparecen sin su intervención.

Nada usurpa ni nada rehúsa.

Ni espera recompensa de sus obras,

ni se atribuye la obra acabada,

y por eso, su obra permanece con él.

III

No ensalzar los talentos

para que el pueblo no compita.

No estimar lo que es difícil de adquirir

para que el pueblo no se haga ladrón.

No mostrar lo codiciable

para que su corazón no se ofusque.

El sabio gobierna de modo que

vacía el corazón,

llena el vientre,

debilita la ambición,

y fortalece los huesos.

Así evita que el pueblo tenga saber

ni deseos,

para que los más astutos

no busquen su triunfo.

Quien practica el no-obrar todo

lo gobierna.


***********
Necesitas una web?
Diseño web Profesional


0 comentarios: